¡Me vale madres! Mantras mexicanos para la liberación del espíritu
Prem Dayal
Ensayo por Patricia Paleta
La
minoría o mayoría o más bien todas las personas son de mente
cerrada y también errada. La conclusión de nuestra sociedad es una
ignorancia total, un espiritualismo a un nivel para llorar, y un
conflicto que hasta da flojera redactar.
Abrir
la mente de una humanidad excesivamente machista, hermética e
inflexible como la nuestra es algo sencillamente utópico. Una
humanidad sin más aspiraciones que la reprobación, la censura y el
ataque a la cotidianeidad de las ocupaciones ajenas; que se
contradice todo el tiempo, fanfarronea sobre lo moral, sobre vivir en
una linea predispuesta, seguir un patrón de vida, sobre lo correcto
y lo incorrecto, el bien y el mal pero, ¡bah! ¿Qué es lo correcto,
o lo perfecto, o indicado o real? ¡Ninguno de ellos lo sabe! ¿Por
qué habrían de saberlo?
Estamos
sujetos al caos, vivimos en él, convivimos con él e
irremediablemente moriremos en él y es algo estúpido porque no
nacimos con él. Aceptar socializar con él hace que la paz no
exista, si existiera la paz, la sociedad no existiría, o tal vez no
como la conocemos, tal vez sería una hermandad y es que todo ese
caos inicia con el hambre de no dejar a los demás vivir como les
plazca, desde el primer momento en que se les haya presentado la
sensación de “quiero hacer esto” es limitado.
Se
supone, o se supone que todos deberíamos no sólo suponer sino
afirmar que, todos somos iguales respecto a valor humano, entonces
¿Por qué esa necesidad de tachar a otros por sus faltas, aciertos
y/o estilos de vida? ¿quienes somos? Acaso una clase de ser
omnipotente... No lo creo. No entiendo cual es nuestro complejo
respecto a ello.
Tal
vez sea que la pseudofelicidad ajena nos hace miserables. O nos
encanta el poder, o criticar. O no nos encanta nada. O estamos
muertos en vida. O nos da envidia. O copiamos la actitud de los
demás. O estamos frustrados. O alguna de las anteriores. O ninguna.
Cada
quien elige con qué herramienta traza el curso de su vida; todo un
coctel de sabores, olores, colores e infinidad de características
diferentes, extravagantes y otras no tanto ¿Pero es mala esa
diversidad? ¡No!
¿Buenos
o malos? ¿Ricos o pobres? ¿Conscientes e inconscientes? ¡Ay no lo
sé! ¡Ni es mi problema! Cada quien es dueño de sus causas y
consecuencias que algún día se verán reflejadas en una clase de
efecto mariposa o circulo vicioso o teoria del caos o karma o juicio
o conciencia o cielo o infierno o impuestos o un algo y, si no es
así, no pasa nada, no es ni mi problema.
Cuando
supe que tenia que leer el libro me tensé, mi hombro sufrió, mi
billetera lloró y mi camita me extrañó (risas). Lo leí y ahora
que he terminado no me siento tan fatal, y tampoco diré que fue lo
mejor que haya ocurrido en mi vida pero, si me sirvió... ¿Por qué?
Porque
tal vez no soy una asidua lectora, pero leo y siento que todas las
cosas que leí en “Me vale madres” de Prem Dayal ya las había
leído, o pensado, o comprendido o puesto en práctica o de hecho ya
no sé que verbo usar porque siento que podría contradecirme y
confundirme entre mi “Yo” real y el “Yo” falso como diría
Dayal :S
Desde
hacía tiempo sé que Dios es todo, y todo es él, que él sufre
cuando uno hace estupideces, cuando uno se complica la vida cuando lo
único que se requiere es amor, aceptarte, amarte y por consecuencia
amar y aceptar a los demás viviendo en una linda armonía contigo
mismo, con tu familia, con la humanidad, con las plantas, animales y
naturaleza en general, con el todo, con Dios.
No
creo en las tradiciones ni en las religiones y no por llevarle la
contra a la multitud o porque mi familia me lo inculcó, sólo siento
que es estúpido etiquetarte en una religión cuando simplemente
puedes tener un estilo de vida en forma de Dios; el capitulo del
extraterrestre me pareció la forma más acertada de explicar este
punto, sí, ¿por qué rayos Dios quisiera manifestarse en iglesias o
templos con Jesús, su hijo ,crucificado o con óleos del siglo V o
estatuas con rostros de “Vivo un infierno y estoy triste” o
rezos repetitivos que ¡Ay! ¿Por qué con 5 ave-maria's serías
perdonado por mentirle a tus padres? Siento que es tonto encerrarse
en un lugar en el que piensa la gente que en una hora será bendita o
inocente o perdonada.
Casual
que las diferentes religiones/sectas en mi colonia se jactan de ser
lo perfecto pero, una vez una compañera me contaba de que en sus
ideales si vivías en unión libre o te casas con alguien de otra
religión te ibas al infierno o te sacaban de su iglesia y al poco
tiempo me contaba que necesitaba ir Catemaco con un brujo a hacerse
una limpia y bueno, son estúpidas sus contradicciones y en fin, me
“río” de las irregularidades de la religión de esta chica y
seguramente alguien se está riendo de las mías y alguien de ese
alguien y así sucesivamente.
Decía
que mientras leía el libro a veces me sorprendía o me decepcionaba,
me confundía o me iluminaba. ¿Pancho López? No sabía si era un
chaka, o si era una especie de sabio/grosero, o Pancho López que
salía en televisa, o un chaka con buenas ideas, así que me quedé
con la idea de que sólo era una imagen de Prem Dayal en la cual
escudarse por si alguien quería demandarlo o algo, con la cual pudo
expresar afirmaciones bien interesantes (que bueno, a mi no me
molestan, de hecho estoy muy de acuerdo). El usar groserías para
expresarse no me molestó ni me impactó porque las groserías son
eso porque las sociedad las etiquetó así, como “malas” en
ciertos contextos pero, insisto, yo sé que en el fondo fue una forma
de llamar la atención de cierto target, sí, tú vas por Gandhi (la
librería) y de repente “Oh, por Dios, un libro que se titula con
una grosería, ¡Pff, tengo que ver de que se trata!”, al menos en
un porcentaje sí se trató de eso y también porque en esencia “me
vale madre” o “a la chingada” o cosas así son palabras,
sílabas, letras, y en el contexto no son tanto utilizados como
groserías sino como adjetivos o conceptos.
Lo
de los alquimistas patas pa'arriba me pareció muy cierto, ahora
supongo que mi familia y las familias de mis amigos y vecinos y del
mundo en general son de esa “banda”, y en verdad no sé si quien
escribe este ensayo soy yo o quien creo ser o mi mamá (risas, otra
vez), lo cierto es que el proceso de los mantras mexicanos, llevarlo
a cabo con totalidad, no es de un día para otro, o de una tarea de
control de la calidad para otra.
Sí
concuerdo en que somos limitados en la infancia, que nacemos de
cierto modo y somos moldeados de otro, nos empapamos de las culturas,
tradiciones, costumbres, ideas y conceptos de nuestro entorno
familiar y de como nuestros tutores nos eduquen para hacernos niños
buenos según la definición de “niño bueno” en la sociedad en
general, o en la sociedad mexicana o poblana. Lamentablemente eso va
a seguir pasando, puede que con el paso del tiempo (muchísimo
tiempo) algo comience a cambiar en el tipo de educación que las
familias dan a los bebitos, pero por ahora sólo veo que los mantras
que el libro nos plantea podrán ser llevados a cabo por una persona
hasta tiempo después de que “ya se chingó el asunto” (sí, la
parte que nos describe el autor como el momento en que el niño
pierde su dignidad, su inocencia, y se da cuenta que siendo como es,
chillón, desobediente y berrinchudo, no logrará la aceptación de
las personas y se esmera en ser alguien que no es, un “él” que a
sus padres si les agrada al cual le dan amor y cariño) porque
seguiremos siendo formado según nuestra cultura, triste, pero
cierto. No nos van a dejar ser desobedientes, porque ligan conceptos
de “será un asesino” “es tan pequeño que echará a perder su
vida si no lo guiamos”, así que a mi edad por ejemplo,
particularmente ahora, puedo tratar aplicar estos métodos en mi
vida.
“Mujeres
con huevos” jajaja, me divirtió, relativamente, más la historia
que nos contó Dayal, ah pero mi historia favorita fue la de
Alejandro Magno, pero algo que noté fue ese sentido del humor tan
fumado, deshinibido y creativo, me recordó algunas historias que
había leído antes sobre vacas que hablaban un español quebrado y
realizaban operaciones matemáticas básicas, bueno, el tipo de
redacción y el grado de “locura” se parece mucho al de Juan
Carlos Pereda Velasco, un escritor de la misma onda. Y lo de la
lavadora con chichis, creo que fue algo que en verdad me causó
gracia.
Leía
página tras página y lo que más ansiaba era llegar a los tres
mantras mexicanos que había visto en el índice. Aún iba en la
parte de ¿cómo ser yo?, pues teniendo confianza en Dios, en aceptar
que se haga su voluntad, en dejar de pensar, en abandonar las ideas
de la sociedad, en cerrar los ojos y sentir felicidad cuando tuviera
dentro de mí las cosas que realmente quiero hacer, decir, pensar, en
no ser negativo, en iniciar la transformación en mí ser para que,
gracias al efecto mariposa, el mundo resintiera mis cambios (no mis
mejoras), mi nuevo y renacido ser y así mis “pequeñas acciones”
se manifestarán en el mundo, en la naturaleza y estuviera en paz
conmigo y con Dios, que es uno mismo conmigo... Y eliminar las
diferencias con el mundo, las barreras, las banderas, las
nacionalidades, las camisetas.... Cuando al fin llegué, no pude
evitar que al leer cada mantra rápidamente los relacionara con
hechos que me ocurrieron en la semana:
1)¡ME
VALE MADRES! Mantra del desapego, de la eternidad, de la
responsabilidad , de la revelación luminosa, de la divina
aceptación, de la divina inocencia y mantra del amor
Cuando
llega el momento de "ya se chingó el asunto", cuando
creemos que como somos solo seremos blancos de burlas, criticas,
castigos y hasta golpes decidimos volvernos algo diferente de lo que
somos, tratando de ser "Él", un güey
capaz de lidiar con esta vida, un güey
que no existe, sólo finge que existe, que no existirá y que no es
alcanzable y entonces habrá frustración y odio por no ser capaces
de ser lo que no somos y por lo que somos, de allí muere el
autoestima, y el amor a sí mismo por ser mentirosos y es entonces
que se aplica el mantra “¡Me vale madres!”.
“¡Me vale madres!” me dice que no me obsesione con metas o poder o amor
o lo que sea, que me relaje, me liberemos de distracciones,
ambiciones, expectativas, tensiones y que me valga madres ser lo que
otros quieran y que ponga mi energía en la verdadera inspiración de
mi vida y que Dios me guíe por el camino. El mantra me ayudará
descubrir “quien soy” y a desaparecer “quien no soy,” sin
forzarme, más bien relajarme.
Me
ayuda a no comprometernos a algo que no quiero hacer, me hace libre
mas no irresponsable; me permite no tomar los compromisos que no
quiero, pero no a zafarme de los que ya he tomado... Un ejemplo:
El
jueves pasado estaba enfermísima de gripa o gripe o como se llame,
tenía alergia por el medicamento que estaba tomando, me sentí fatal
del cuerpo, de la congestión, de la tos y de la cabeza, eran las 2
de la tarde y lo único que deseaba era largarme a mi casa y dormir o
vomitar o descansar pero no podía irme ¿por qué? Porque tenía
clase a las 5pm y 6pm y mi profesor de Control de la calidad y No
tejidos 1 me había dicho que en sus materias una falta en el curso
jamás te haría acreedor de un 10, porque ya no era la excelencia en
su totalidad y esas palabras retumbaban en mi mente con una
constancia terrible, me torturaban casi igual de doloroso que al
ardor en mi piel por el síntoma de cuerpo cortado, o que mi nariz
deshecha o mi cefalea intensa, pero no tenía otra opción, estaba
obsesionada con las palabras del profesor, con el 10 en mi cardex al
finalizar el cuatrimestre y no tuve más remedio que quedarme todas
esas horas libres en la facultad, deseando llegara la hora, sufriendo
físicamente, mi cuerpo no daba más y aun así lo obligaba a
mantenerse de pie por toda esa eternidad, soñando con ese 10, y el
final es aun más triste... El profesor no llegó a la primer clase,
pero avisó que llegaría a la segunda y pensé que si ya había
sufrido por 4 horas podría esperar un poco más y al final terminar
como valiente pero no fue así, él no llegó, no supo de mi
enfermedad ni de mi enferma perseverancia y al final quedé como
tarada frente a mi misma. La enseñanza es que si hubiera leído el
primer mantra del libro, desde las 2pm hubiera dicho “Estoy
enferma, me siento fatal, ¡me vale madres!, me voy a mi casita”...
:(
Me
vale madres también habla de soltar la ideas y costumbres; el pasado
terminó y el futuro todavía no llega y no tengo por qué torturarme
con ninguno de los dos, ni con recuerdos ni suposiciones, ya que son
tiempos mortales, del hombre y sólo viviendo en el presente
encontraré a dios, porque en el presente no hay tiempo ni espacio
definidos y por lo tanto mi mente no cabe, y mi mente que está llena
de todos los instructivos que la sociedad me ha instalado no funciona
allí, y por lo tanto el presente es igual a eternidad y eternidad es
Dios, y por lo tanto debo gozar el presente en su perfección, en
Dios. Significa que no me importa nada más, me vale madres todo! me
amo, te amo, amo a Dios y me basta.
2)¡A
LA CHINGADA! Mantra de la purificación, santo mantra del perdón
Es
el mantra para liberarnos de usurpadores, restituirle a Dios lo que
era y es suyo, para expulsar el veneno del pasado de mi ser.
Mi
cuerpo se libera todo lo que le impide ser natural y relajado, los
traumas serán sanados, las represiones liberadas, los pecados
perdonados. Es la liberación de las culpas o pendejadas del pasado
que hice en un estado inconsciente y por lo tanto comentes pendejadas
porque sentir culpa no tiene sentido, Si hice una pendejada pues ya
ni modos la hice y no tengo por qué flagelarla toda mi vida, no
puedo anular sus consecuencias pero si evitar cargarla hasta la
muerte
Practicar
el mantra ¡A la chingada! Es tirarte al piso, revolcarte de dolor
por haber causado sufrimiento, sentirte morir por lo hecho y no
puedes reparar, llorar, gritar, y sentir coraje contra ti, con la
vida, con dios, hasta que tu cuerpo no aguante, tu voz esté rota y
tus lágrimas agotadas y gritar “A la chingada” con todo el
arrepentimiento que quepa en el cuerpo, porque Dios siempre perdona y
“nunca es demasiado tarde para despertar y darte cuenta que
dormiste toda la vida soñando ser víctima y verdugo en el mas
inhumano de los infiernos” y el final transformarte, despertar sin
culpas.
No
puedo negar que tuve un crush bien intenso con este mantra, creo que
de los 3 fue con el que más me identifiqué, el que más he
utilizado, el que más me ha servido en mi experiencia de 20 años de
vida y debo aceptar que necesito pornerlo más en marcha.
3)¡NO
ES MI PEDO! Mantra de la desidentificación, mantra del diamante,
luminoso, mantra de la libertad, la sagrada puerta de la eternidad,
mantra de la divina inteligencia.
Para
este mantra se necesita buscar a Dios, para lo cual se necesita saber
¿Quien es dios? Pues el amor no puede ser explicado, solo se
provoca, es una expresión directa de dios y por lo tanto Dios no
puede ser explicado, solo provocado, ser vivido. La búsqueda de Dios
es la búsqueda de ti mismo, por que tú eres de él y él es de ti,
por lo tanto si sabes quieres eres tú, lo habrás conocido a él.
Y
¿quien soy yo? soy lo que dios ha creado y no lo que la sociedad ha
hecho de mi, Soy un ser indefinible, único e irrepetible, no soy
historia ni biografía. Decir “Soy patty, soy mexicana, soy
estudiante, soy.... son definiciones que no dicen nada de mi porque
no nacieron conmigo; vivimos identificados con cosas como el orgullo
del nombre, nacionalidad o banderas, que nos reducimos a
comportamientos infantiles y hostiles.
Las
etiquetas son de los alquimistas patas pa' rriba para distraernos del
verdadero ser pero si tu rezas “No es mi pedo” logras fácilmente
tranquilidad y desapego de una etiqueta, te ayuda a no vivir esclavo
de ideologías que no son tuyas; eres libre de soltar todas las
identificaciones que te dio la sociedad.
Cuando
estas identificado con algo y te defines como tal, te estas limitando
, naces ilimitado y en lugar de quedar abierto a la gloria de Dios te
entierras a un sistema de creencias.
Reza
¡No es mi pedo!, ¡No es mi pedo!, ¡No es mi pedo! y todas las
identificaciones desaparecerán, las mentiras se revelaran y
empezaras a percibir la aparición de tu nuevo ser, que no vas a ver
directamente pero vas a sentirlo. A
Dios no se le encuentra con una definición sino siendo uno mismo.
Al final tu no perteneces a ninguna religión, eres de Dios, que no
espera nada de ti, te acepta como eres, y eso basta. Tu no eres nada
de nada, ¡No es tu pedo! ¡Y punto!
No
había pensado mucho en ésto de las etiquetas y el caos que causan,
no creí que una etiqueta hiciera tanto daño pero ahora que lo sé
quiero poner en práctica el tercer mantra que a decir verdad nunca
había usado.
Los
mantras mexicanos tienen el poder de mandarte al presente, de
aliviarte, de encontrarte, de transformarte, porque no son solo
palabras, son actitudes transformadoras, sí eso, que te guían a
eliminar miedos, recuerdos, suposiciones, doctrinas, creencias, a
sentirte bien, a desconectarte de la suciedad del mundo, de lo que
fuiste embarrado en el transcurso de tu vida y que no te sirve para
nada. Este libro me deja un buen sabor de boca, algo de confusión
insisto pero aprendí suficiente y creo que tendrá repercusiones en
mi vida, en mi sentir y en lo que haré de mí los próximos años y
en la forma en que influiré a mis hijos o en mi círculo, y espero
hacer las cosas bien para que con el efecto mariposa pueda darle un
empujón al planeta y a la humanidad que tanto lo necesitan :)
Fuentes:
-¡Me vale madres! Mantras mexicanos para la liberación del espíritu
Prem Dayal
Pues si leí todo, extenso pero interesante.. debo reconocer que la primera impresión que tuviste y me comentaste, me hicieron re-analizar la propuesta de haber compartido esta lectura, pero ahora veo que no estuvo mal. Leí tu observación y me haces darme cuenta que hago y digo cosas que sobrepasan mis expectativas... el 10 a la excelencia, concretamente! El premio al trabajo docente son las experiencias como esta, gracias.... y si, tenias razón no había leído tu trabajo. Que bueno que me lo hiciste notar.
ResponderEliminarBuena Suerte!
AB